Live #8770805

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Brian McFreud @f:100003814346368
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++Epic Roler++

Las imágenes de su papa afinando la guitarra, él acostado en su cuna en sus primeros meses de vida, y la voz armoniosa de su madre entonando una melodía que luego sabría que era de Stevie Wonder, eran los primeros minutos de la cinta de video que había elegido para ver esa noche solitaria en la universidad.

Brian llegó al mundo un viernes del 94, en pleno auge del grunge y el electro pop. Sus padres, dos artistas reconocidos en la escena bohemia de Nueva York, tuvieron a Brian en parto natural con ayuda de un amigo paramédico.

Los primeros años de Brian fueron felices, lo criaron en libertad y enseñándolo a tomar decisiones con seguridad y prudencia, a no tener miedo a expresarse y a no reprimir su verdadero yo. Principios que él aún mantiene y piensa mantenerlos por el resto de su existencia.

A lo largo de su vida logro entrenarse en las actividades musicales y dramáticas, aprendiendo a tocar los complicados riffs de Metallica, o de decir sin trabarse en ninguna palabra el libreto de Macbeth.

Entre sus gustos se pueden encontrar varias cosas, en muchos casos, aprecia, por ejemplo, estilos de literatura o música completamente opuestos, puede apreciar las metáforas de Pablo Neruda como puede apreciar la explicitud de un relato erótico, o escuchar un blues de Pappo y saber apreciarlo como si fuera la novena sinfonía de Beethoven.

“Vamos, la pasarás bien en el colegio, si algo pasa, me dices, ¿Sí? Te amo pequeño Bri” dijo su madre en la puerta del colegio primario público al cual entró a sus 6 años, el pequeño niño rubio de contextura pequeña, sentía que un lazo se cortaba entre sus padres, incluso pensó que no se lo iba a querer más, pero no fue así, el tiempo pasó, los tatuajes de papá empezaron a llenarse de arrugas y mamá ya no tenía la cara suave al sonreír, pero el amor familiar seguía intacto.

A lo largo de su vida logró formar estrechos lazos de amistad con sus pares, que conocía en su colegio, o en los summercamps, o en su barrio, entre ellos logró tener ciertos “mejores amigos”, o los únicos, como él los llamaba, ya que pensaban que no existían los mejores amigos, si no, que sus amigos eran los mejores. Entre ellos estaban Angie, Edmond, Cassie, Gia, Gigi, Nicolás y Sky, con algunos llevaba más tiempo, con otros menos, pero esos eran, los que él pensaba, que bastaban para “ser feliz”, pero, eso no quitaba que estuviera abierto a conocer más gente.

Cuando Brian llevaba quince años de vida, se le detectó a su padre un cáncer de próstata, era triste ver que las sonrisas, y las tardes de guitarra en familia, con la dulce voz de mamá, iban desapareciendo gradualmente, al punto de reducirse del todo, limitándose a ver a su padre postrado en una sala de hospital, con el aire frío, de esos que lastimaban las fosas nasales, y los llantos de su madre. Su padre besó su frente, quizás por última vez, Brian sonrió y acarició la calva cabeza de su padre, que en un momento de los 90 había estado completa de un melena que hacía delirar a las chica, suspiró y en compañía de su desolada madre volvió a su departamento en Brooklyn, inspirando el tono melancólico que tenía la ciudad de Nueva York a la media noche. Una vez que su madre logró conciliar sueño, Brian se sentó en la pared y lloró hasta quedarse dormido, esperando lo peor. El ring del teléfono lo despertó, había comenzado a lloviznar a la luz del alba, suspiró al escuchar la noticia, para la cual ya estaba preparado, su padre había muerto tras una semana de agonía.

No había nadie en el cementerio esa tarde sólo su madre, la cual llevaba un vestido negro que le sentaba hermoso, a pesar de sus casi cincuenta años, ambos tiraron las últimas rosas de color rojo limitando con el bordó y volvieron a su departamento, donde esa noche sobraría una silla en la cena.

La carta de New York University llegó el día posterior a la muerte de su padre, Brian había sido becado en la carrera de Estudios Musicales, su madre sonrió y lo abrazó con fuerza, estaban alegres, ya que Brian iba a poder cumplir el sueño que sus padres no, al tener de jóvenes al que había recibido la carta esa mañana.

En un mes ya se encontraba en las paredes con acústica perfecta de la institución, en la materia Música Avanzada, allí se sentía en casa, y eso le gustaba. Actualmente se encuentra en el segundo año de su carrera, se define como un chico abierto a todo, últimamente descubrió sus dotes en literatura y participa gradualmente en la redacción del diario escolar The Workshipper.

En la universidad reconoció su bisexualidad y mantuvo relaciones esporádicas con hombres y mujeres, pero nada serio hasta hoy.

“Y el premio al mejor promedio del año es para…” Brian estaba nervioso, era uno de los postulados para ese premio, estaba al lado de su madre, que ya no vestía de luto, si no un vestido floreado acorde a las últimas tendencias, en cambio Brian se encontraba vestido de gala, pantalón de vestir negro, zapatos lustrosos camisa blanca, saco, e incluso un moño en su cuello. Cuando escuchó “El alumno de Junior… ¡Brian McFreud!” saltó de su asiento y abrazó a su madre alegre, luego de largo tiempo se sentía feliz, y sabía que su padre hubiera estado feliz en caso de estar vivo.