f:Juan Pablo Balderas's Live

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Juan Pablo Balderas @f:100000493823334
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¿Yo? Puedo cambiar durante el curso de un día. Me despierto y me siento una persona, y cuando voy a dormir, yo sé con certeza, que soy otra persona. No sé quién soy la mayor parte del tiempo. Solo sé que tengo la costumbre de creer en que pueden tocarse las estrellas, y para lograrlo he estado dispuesto a sufrir una hernia.

Todo empieza un día en la vida, cuando no sabes cómo llegaste a este mundo, o si te dejaron en la puerta de la casa de tus padres y se fueron corriendo, solo sabes que es tu familia, para bien o para mal. Mi nombre es Juan Pablo, me pusieron este nombre en honor al papa Juan Pablo II, pero para mí, es un homenaje a John Lennon y Paul McCartney. Mis familiares y parientes me dicen Juan, y toda la demás gente sin importancia me llaman Pablo, porque así lo decidí, hacer un límite entre lo público y lo privado, tan privado que casi nadie sabe que tengo dos nombres.

Como sea, nací un 22 de Agosto, en esta Celaya perteneciente al estado de Guanajuato. El árbol genealógico de mi familia tanto paterna como materna tiene raíces muy arraigadas a esta ciudad, y cada vez más se fortalecen esas raíces, tan profundas como la misma esencia de los edificios de esta ciudad. Vine a este mundo en el último año de la década de los setentas, estando José López Portillo en el poder y sin saber nunca que será estar en un México rico. Olvide mencionar, soy escritor y a eso me dedico en mis tiempos libres.

Toda mi infancia y adolescencia la pase con un poco de intranquilidad porque siempre eh sido rebelde, o lo soy. Nunca me ah gustado estar atado a estándares o seguir el patrón de la vida, eso ah significado un dolor de cabeza para mis pobres padres. Incluso hoy en día como adulto, esa rebeldía sigue siendo latente y a veces se me sale de control. Si tuviera que repetir todos mis actos, tal vez rezaría por tener más paciencia y ser más comprensivo.

No puedo negar que vivo muchas realidades, en cada momento imagino una situación, una escena, un dialogo, una historia completa. Como si fuera una constante epifanía de droga, en el que mi mente divaga y explora los diferentes sentidos de la vida, o como quiero que la gente la conozca. El problema conmigo, es que mi ego no me permite aceptar derrotas. Supongo que si estuviera mejor a las circunstancias, podría asimilarlas mejor.

Estoy interesado en conocer personas que tengan carácter sincero y honesto, no me agrada que quieran aparentar algo que no son, solo para demostrar cierta “autonomía” o aires de grandeza que no les corresponde, es más hermoso cuando se es honesto y sincero en todos los sentidos, para mí eso es mas valioso que el simple hecho de lo externo. Me interesan las personas que tengan tema de conversación, no importa cuál sea, ahí es donde se nota la inteligencia y la cultura de la persona. Los gustos, modas, estilos, todo eso es irrelevante para mí, lo interior es lo que cuenta, es lo que expresa, quizás me vea como un ser desquiciado y sin sentido a primera vista, pero todo es cuestión de apreciación y tolerancia. Mis amigos más cercanos, me toleran y ya hacen caso omiso a mis extravagancias, pero la mayoría piensa que estoy completamente loco. Sin embargo me considero un buen amigo, se escuchar, se comprender y se orientar, dentro de todos mis límites físicos e intelectuales. Pero cuando realmente me necesitan ahí estoy, con mi brazo cubriendo sus espaldas, dando toda mí amistad. Nunca estoy cuando me quieren, pero siempre estoy cuando me necesitan, ese es mi amor.

Creo en el amor, aun sigo pensando que todo lo que se necesita es amor, aunque no basta solo con decirlo. Alguna vez escribí sobre los tipos de amor, el amor universal (ágape), ese que no vemos pero nos protege y nos hace  tener fe en lo que hacemos, se podría decir que es Dios, como entidad o lo que sea. Y esta el amor carnal (eros), el que nos hace tener sexo y pasión cuantas veces queramos y decirle a la pareja “te quiero”. Para mi es eso, siempre el amor, en cualquier modalidad que sea, considero que es lo fundamental, empecé a comprender que el amor es la respuesta, cuando era más joven lo plasme en mis escritos. Lo que sea, donde sea, la palabra es “amor”. Parece que sea el tema fundamental del universo, y lo es. Todo lo que merece la pena se reduce ese amor. Y el esfuerzo por amar, ser amado y expresarlo, es fantástico. Creo que sea lo que sea el amor, y es muchas cosas, es una constante. Ha sido el mismo siempre. No creo que cambie jamás. Aunque no soy una persona amorosa, quiero serlo, quiero ser tan amoroso como pueda.

El amar a alguien involucra muchas cosas, a veces he oído que me llaman “perfeccionista”, en relación hacia un tipo de mujer, ya sea por su físico, su carácter, condición social, etc. Todas esas son tonterías, este es el único aspecto personal que nadie ha podido entrar en mi interior y resolver el misterio.

No quiero involucrarme en lo que yo pienso de mi pareja ideal, porque eso es un concepto muy íntimo de cada individuo. Puedo enlistar cientos de características que debe tener mi tipo de mujer perfecta, y acabaría describiendo a alguien surrealista, imaginariamente imposible. Tal vez quiero a alguien que me sirva y trate como rey, como es el estándar de los matrimonios, una vida tranquila. Y al mismo tiempo necesito de alguien más rebelde que yo, alguien que me diga, “ok, eres importante, has llegado a la cima de la montaña, y todo bien, pero yo te llevare a que brinques de esta montaña y volemos al espacio exterior”. Ambos conceptos sobre la pareja es válido, y solo es cuestión de que en realidad se sienta más cómodo. La pareja ideal o la “media naranja”, no está en las similitudes o diferencias que tengan, o lo tolerante que pueden ser como pareja, sino en que estando con ese ser amado, le nazca del corazón decir “tú me haces sentir que yo quiera ser una mejor persona, cada día”. Al final el amor que das, es igual al amor que recibes.

Mi convicción, es que debe pagarse un precio por cualquier cosa que en verdad valga la pena, y el éxito exige pagar el precio. Uno tiene que pagar el precio por ganar, uno tiene que pagar el precio por permanecer en la cima, y uno tiene que pagar el precio por llegar hasta ahí. Lo más importante de todo es que, para tener éxito en la vida, es esencial asumir un compromiso personal para alcanzar la excelencia, y buscar la victoria. Aunque la victoria ultima jamás pueda obtenerse de manera absoluta. Es posible perseguir dicha victoria con cada fibra de nuestro cuerpo, con cada fragmento de nuestra resistencia, y con todo nuestro esfuerzo.

Cada semana hay que enfrentar un nuevo encuentro, cada día surge un nuevo reto. Yo diría que la calidad de vida de cada hombre es la medida del compromiso personal que se ha impuesto, para alcanzar la excelencia y la victoria, ya sea en el gobierno, en la política, en los negocios o los deportes, o en lo que se esté haciendo en ese momento.

Respeto las ideas y creencias de las personas, no me interesa si me señalan de “fresa” o racista por no gustarme algo en particular, pero prefiero tener una generalidad de las cosas y no involucrarme o comprometerme con una sola ideología. No me gusta que me tilden de cínico, las personas tergiversan algunas cosas que escribo o digo, odio las etiquetas. No soy un hombre modesto en exceso, claro que soy humilde, pero nunca he sido demasiado modesto que digamos. Soy un poco cínico pero no un cínico. Puedo ser sarcástico un día, cínico otro e irónico al siguiente. Soy cínico con las cosas que se cuestionan, como la sociedad, la política, los periódicos, el gobierno. Pero no con la vida, el amor, la bondad, o la muerte.

He escrito miles de historias perdidas, cuando escribo se me abren las heridas, y se me incendia el corazón. El amor es lo que me mueve a escribir, es mi inspiración principal. El que sea mal o buen escritor, eso me tiene sin cuidado, porque no estoy aquí para complacer según los caprichos de una persona, lo hago porque me gusta y así quiero que la gente acepte la situación, no puedo cambiar como soy.  No soy ni mejor ni peor que cualquier otro individuo, pero lo que me distingue de los demás es que siempre supe el significado que tendrían todos mis actos.

Soy un soñador, un loco, un romántico, un líder y un bohemio, voy por las calles recordando  siempre algo. Cuando estoy en completa soledad, estoy triste, recuerdo lugares en lo que he estado, momentos con novias, amantes y amigos, los que tengo y los que ya se fueron para siempre. Sonrisas hipócritas y besos de amor, llevo enterrados en mi corazón. Siempre me he considerado un trotamundos, sin un rumbo fijo y explorando situaciones nuevas, solo volteo hacia atrás, suspiro fuertemente, vuelvo a sonreír y sigo adelante con la vista en el horizonte. El futuro lo desconozco, solo espero llegar a buena tierra, para sembrar y cosechar, y vivir lo suficiente para verlo. Ahora me conoces, y el interés principal viene de ti, en que me quieras conocer, que me tengas confianza, he escrito lo más sincero posible para que me tengas confianza, así como tuve la confianza de decirte mi vida.

Al final… yo soy como tú, sin más ni menos. Sueño con volar, me tumbo boca arriba y miro al cielo azul, veo la luz al despertar y doy gracias por la vida. Tengo que aprender para saber, a veces no encuentro una salida, y quizá algún día vuelva a creer. Voy dando palos de ciego por la vida, siento una inquietud que crece cada día. Estando triste y feliz, contigo y sin ti. Soñaba en un bar, sueño en viajar sobre el mar. Mis ojos gritaban al mirar, y ahora soy un hombre real de poca fe, siempre perdido, dormido en un tren que no puedo parar. Así… igual que tu.